El moquillo canino: qué es, síntomas y tratamiento
La patología del moquillo canino con frecuencia se confunde con los resfriados comunes que se producen con la llegada del frío y el mal tiempo. Sin embargo, se trata de un trastorno muy severo que afecta sobre todo a los cachorros. Es fundamental comenzar a tratarlo a tiempo porque puede ser letal. De hecho, es familia del virus paramixovirus, relacionado con el sarampión humano.
Moquillo canino
Esta patología altamente contagiosa, conocida también como distemper o enfermedad de Carre, se origina por un virus que afecta a las vías respiratorias, al sistema digestivo y al sistema nervioso del can.
Se transmite por secreciones corporales, es decir, a través de los mocos y las lágrimas que desprenden las mascotas al estornudar, toser o sacudirse.
Debemos tener especial cuidado si tenemos varios perros en nuestra casa ya que la transmisión se produce rápidamente y es difícil de evitar.
Asimismo, si paseamos a nuestro can en parques donde se interrelaciona con otros perros se puede infectar del virus.
Además, las personas podemos transmitirloaunque no nos afecte. Si mantenemos contacto con un can que sufra de moquillo canino, fácilmente se le pegaría a nuestro perro al portarlo en la ropa o en nuestra piel.
Por este motivo, las personas que trabajen o sean voluntarios en albergues caninos tienen que prestar especial cuidado al volver a sus casas.
Cuáles son los síntomas
El primer síntoma manifestado es la fiebre, pero dependiendo de a qué parte del organismo afecte se apreciarán diferentes indicios.
- Sistema respiratorio: primero los perros empiezan a moquear y a toser. Además, producen secreciones lagrimales y tienen hinchazón en los párpados a causa de la conjuntivitis. Al afectar a las vías respiratorias, tienen dificultades para respirar y, si el virus afecta al pulmón, puede desembocar en neumonitis.
- Sistema digestivo: se da la gastroenteritis, con vómitos y/o diarrea.
- Sistema cutáneo: otro de los síntomas más comunes es la dermatitis. Esto se aprecia en que la nariz y las almohadillas se endurecen, se secan y se agrietan provocando descamación.
- Sistema nervioso: cuando el moquillo canino no se trata a tiempo y llega a su última fase, afecta al sistema neurálgico dando lugar a ataques súbitos, convulsiones, tics nerviosos y espasmos musculares que pueden llegar a provocar parálisis en alguna de las extremidades del can.
Cómo podemos tratarlo
Aunque no exista cura para el moquillo canino ya que se trata de una patología vírica, sí hay tratamientos que mejorarán la calidad de vida de nuestro can. Cuanto antes se detecten los indicios, antes se podrá adaptar un tratamiento para paliar los síntomas y evitar el sufrimiento del animal. Cabe destacar que su detección temprana es vital para que nuestro animal no muera.
Existen varios mecanismos que tratan las manifestaciones de esta dolencia.
- Los medicamentos expectorantes o antibióticos son muy eficaces para eliminar las flemas y controlar las infecciones del organismo.
- Ciertos fármacos ayudan a atenuar la diarrea, los vómitos y la tos así como las convulsiones.
- Podemos encontrar suplementos alimenticios que fortalecen las defensas del sistema inmunológico de nuestra mascota. Especialmente la Vitamina B es la más recomendada para tratar el moquillo canino, ya que calma los tics nerviosos.
- Debemos tener especial cuidado con la deshidrataciónde nuestro can. Es muy común que al padecer esta patología, el perro pierda el apetito e incluso las ganas de beber. Por tanto, es necesario estar muy atento a su alimentación, obligándolo a comer y a beber. Podemos ayudarnos con una jeringa (sin aguja) para proporcionarle los nutrientes y el agua necesarios con alimentos triturados. Si observamos que sigue sin apetito será imprescindible acudir a un veterinario para que le suministre suero y evitar la deshidratación.
- Mantener una correcta higiene, sobre todo de los ojos y de la nariz del can, será fundamental para eliminar los residuos que se originan por el virus.
El moquillo canino se puede prevenir
Existen formas para prevenir la llegada del moquillo canino. En primer lugar, la dosis contra esta patología está incluida en la primera vacunación, pero lo más recomendable es repetir el proceso anualmente.
Esto es fundamental porque un can que no esté vacunado tiene riesgo de contraer la patología por el simple hecho de salir a la calle o por jugar con otros perros.
Queremos destacar que no se puede transmitir a los gatos. Los mininos se pueden enfermar del moquillo felino, pero este es un virus totalmente diferente y no se transmite a los canes, ni viceversa.
El moquillo canino es una dolencia muy peligrosa que hay que tratar rápidamente en cuanto se manifieste el primer síntoma.
En caso contrario, podría ser letal. Por eso, en cuanto notes algún indicio de los mencionados anteriormente en tu mascota, no dudes en visitar a un veterinario.
¿Conocías esta patología del moquillo canino? Si te ha parecido interesante esta información y, además, puede ser de utilidad a tus amigos, no dudes en compartir este post.
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